Ricas en vitamina C, potasio y una asombrosa variedad de compuestos antioxidantes, las uvas aportan grandes beneficios a la salud, pues ayudan a prevenir algunos tipos de cáncer y a combatir el envejecimiento.
La uva, fruto de la vid, es originaria de una amplia zona de Asia comprendida entre los actuales Irán, Irak y Turquía, donde se cultiva desde el año 6.000 a.C. y donde se inventó la vinicultura. En el Oriente Medio y en el Mediterráneo, el vino tuvo una gran importancia económica y cultural, tanto que deidades como Baco o Dionisio se encontraban entre las más respetadas. La expansión romana y la consolidación del cristianismo llevaron la vid hasta la Europa septentrional.
La vid es un arbusto trepador cuyos frutos toman sus características específicas de acuerdo al suelo, el clima y la altitud donde crecen. Los productores de uva más importantes son Italia, España, Francia, México, Estados Unidos y Chile.
USO Y CONSERVACIÓN
Las uvas negras o uvas blancas (verdes) son deliciosas para degustar en cualquier momento. A las ensaladas de frutas y a los vegetales les agregan su atractiva textura y sabor, son también excelentes para preparar tortas, pasteles y postres.
Escoja uvas firmes, adheridas al tallo del racimo y sin arrugas. Las uvas verdes con un toque de amarillento y las uvas de color violeta oscuro son las más dulces.
Lave las uvas antes de usarlas. Si no va a consumir el racimo completo, corte los pequeños racimos de uvas que va a utilizar en lugar de desprender las uvas 1 a 1, así evita que se seque todo el racimo.
Las uvas combinan muy bien con queso, pollo y atún.
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