Jugosa, refrescante, dulce y con una textura tan aterciopelada que recuerda a la mantequilla, la pera es un alimento bajo en calorías, muy nutritivo y versátil en la cocina.
La pera tiene un amplio centro de origen ubicado ente el occidente de Asia y el suroriente de Europa. Se consume desde hace milenios y se cultiva en China, donde simboliza la longevidad, desde el año 5.000 a.C. los romanos reutilizaron grandes avances en su cultivo y en el desarrollo de nuevas variedades. La pera fue introducida en América por los ingleses, españoles y portugueses.
El peral es un árbol que crece en climas templados y subtropicales alrededor del mundo, los principales pises productores son China, Estados Unidos, Italia, España, Alemania, Bélgica y Francia.
USO Y CONSERVACIÓN
Existen diversas clases de peras que se distinguen por el grosor, la textura de la cáscara y de la pulpa y el color exterior que puede ser verde, amarillo, café o rojo.
Las peras son ideales para preparar pies, tortas, compotas y todo tipo de postres. También se pueden agregar al yogur y a las ensaladas de verduras.
Escoja peras firmes, pero no demasiado duras, cuya piel se encuentre libre de magulladuras y de puntos oscuros y posea una textura suave.
Para que maduren envuélvalas en papel periódicos y déjelas a temperatura ambiente.
Una vez maduras, las peras son perecederas, por lo que es conveniente guardarlas en el refrigerador.
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