El sabor y el aroma de la menta se identifican con facilidad, pues hacen parte de infinidad de licores, dulces y productos farmacéuticos y cosméticos. Esta planta tiene propiedades refrescantes debido al mentol que contiene.
La menta y sus diversas variedades son oriundas del sur de Europa y del Mediterráneo. Fue muy apreciada por griegos y romanos, quienes la utilizaban para aromatizar sus hogares y durante el baño para perfumarse. En la Edad Media se le atribuyeron poderes mágicos y era la hierba preferida por las brujas, la menta inglesa, resultado del cruce entre la mentha aquatica y la mentha spicata es considerada la de mejor calidad.
La menta se adapta bien a todos los climas, especialmente a los templados. Estados Unidos, Francia especialmente La Provence. Alemania, Italia e Inglaterra son los principales productores de esta hierba.
USO Y CONSERVACIÓN
El fuerte aroma y su sabor picante y refrescante hacen de la menta una hierva ideal para preparar deliciosos platos.
En Oriente Medio hace parte esencial del tabbouleh y en Grecia se usa para acompañar platos de cordero. Combina muy bien con chocolate, yogur, cohombros, aves y bebidas refrescantes.
Para conservar la menta más tiempo, coloque los tallos en un frasco con agua a temperatura ambiente o en el refrigerador.
Las hojas de menta finamente picadas o mezcladas con un poco de agua o aceite se pueden congelar en pequeños recipientes herméticos o en los que se utilizan para hacer cubos de hielo.
Las hojas de menta también se pueden deshidratar dejando los racimos colgados boca abajo en un lugar seco y aireado.
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