Una sencilla hoja de laurel enriquece el gusto y el aroma de múltiples preparaciones culinarias, desde sopas hasta estofados. También, se utiliza en remedios para aliviar distintas afecciones.
El laurel es un árbol originario de la zona del Mediterráneo oriental. Sus hojas se utilizaban en Grecia y en Roma para tejer coronas con las cuales se honraba a los campeones olímpicos y eran coronados los emperadores. Estos antiguos usos del laurel prevalecen en el significado de la palabra laurear. Bien posteriormente se utilizó en todo Europa para preparar carnes y algunos remedios.
El árbol de laurel crece mejor en climas templados, pero se adapta bastante bien a temperaturas más frías, debido a su resistencia. Se cultiva prácticamente en todo el mundo. Su importancia comercial, como especia o condimento, no es significativa.
USO Y CONSERVACIÓN
Las hojas de laurel se han utilizado durante siglos en la cocina por sus excelentes cualidades para brindar sabor y aroma a los alimentos. Utilícelas para preparar caldos de ave o pescado, sopas, arroz, lentejas y cordero. Son esenciales en la salsa béchamel.
Las hojas de laurel se pueden usar frescas, pero resultan demasiado amargadas. Es mejor utilizarlas secas, ya que son más suaves.
Si utiliza laurel como ingrediente en la preparación de una receta para 6 personas, añada sólo 2 o 3 hojas; si usa más, el sabor en muy intenso.
Es ideal combinar hojas de laurel, hojas de hinojo y rodajas de limón para rellenar un pescado antes de hornearlo. Junto con el perejil y el tomillo, el laurel hace parte del bouquet garni francés.
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