Habichuelas, ejotes, judías verdes, chauchas, vainitas... varios nombres para esta deliciosa y crocante leguminosa rica en fibra, vitaminas y minerales y baja en calorías.
Las habichuelas parecen ser originarias de Perú, desde donde su cultivo se extendió hacia Centro y Suramérica por medio de las migraciones de distintos grupos étnicos.
Una vez llevadas por los españoles a Europa en el siglo 16, las habichuelas se diseminaron por toda Europa y por el resto del mundo.
Existen distintas variedades de habichuelas que se distinguen por su tamaño y por la forma de las semillas que contienen sus vainas. Los principales países productores de habichuelas son India, Estados Unidos, China, Japón, España, Italia y Francia.
USO Y CONSERVACIÓN
Las habichuelas se pueden agregar a sopas, guisados de carnes y aves, arroces, pastas y ensaladas. También se pueden saltear en mantequilla y espolvorearse con almendras para disfrutar de una sencilla y deliciosa guarnición.
Las mejores habichuelas son aquellas que tienen un color verde intenso, se mantienen firmes y conservan su tallo o pedúnculo.
Antes de cocinarlas, se recomienda remover la fibra que las atraviesa transversalmente, pues es difícil de digerir, así como sus extremos. Las habichuelas tiernas se pueden consumir con esta fibra.
Para conservar sus propiedades nutricionales es mejor cocinar las habichuelas al vapor. Si lo hace en agua, sólo cocínelas durante pocos minutos.
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