Indispensable en la cocina francesa, donde se utiliza como ingrediente de múltiples salsas, el estragón es una hierba que aporta su interesante sabor a muchos platos y tiene aplicaciones medicinales.
El estragón, también conocido como dragoncillo, es una hierba que tiene su origen en las estepas mongolas y siberianas. En el Lejano Oriente se utilizó por sus propiedades medicinales sobre todo para curar picaduras de serpientes. Fue llevada por los árabes a España hacia el siglo 8 y por los hunos a Europa Oriental alrededor del siglo 13. Actualmente, es una hierba muy utilizada por las cocinas de Inglaterra y Francia.
Existen 2 variedades de estragón: la francesa, calificada como la mejor, y la rusa, que es menos aromática. El estragón se cultiva principalmente en Francia, Inglaterra, Rusia y China.
USO Y CONSERVACIÓN
El estragón, posee notas que recuerdan levemente al anís y a la albahaca. Es ideal para preparar salsas y marinadas, especialmente aquellas que acompañan a pescados y aves. Combina muy bien con alcachofas, espárragos, calabacines, huevos y mostaza.
El estragón se puede usar fresco o seco. Además, sus hojas —enteras o picadas— se pueden congelar sin que pierdan su sabor.
Para darle un sabor muy francés al caldo de pescado o al pescado al horno, arme un ramillete (bouquet garni) con estragón, tomillo, perejil y una cáscara de limón y agréguelo a la preparación.
Usadas con moderación, las hojas de estragón frescas se pueden añadir a ensaladas. Igualmente, son excelentes para darle un sabor particular al vinagre.
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