Muy sabrosos y sofisticados, los espárragos son hortalizas sanas, nutritivas, fáciles de preparar y muy bajas en calorías.
El espárrago es originario de la cuenca del Mediterráneo donde se cultiva desde hace miles de años.
Los antiguos pueblos de la región —egipcios, griegos y romanos- lo tenían en gran aprecio por su delicado sabor y por sus propiedades medicinales.
El espárrago se popularizo en Europa a partir del siglo 18, ya que era uno de los alimentos favoritos del rey Luis XIV de Francia y de su corte.
El espárrago se cultiva prácticamente en todos los países Mediterráneo. Para crecer adecuadamente necesita estar en un clima subtropical y templado. Los principales productores de espárragos a nivel mundial son China, Perú, Estados Unidos y México.
USO Y CONSERVACIÓN
Bajo tierra los espárragos son blancos, pero, en cuanto entran en contacto con la luz solar, producen clorofila y se tornan verdes. Combinan muy bien con vinagreta de limón o salsa holandesa, también se pueden incorporar a pastas, ensaladas y otras guarniciones y salteados en mantequilla son deliciosos.
Escoja los espárragos que tengan un color verde brillante y las puntas cerradas, compactas y firmes.
Mantenga la base de los espárragos en agua hasta el momento en que los vaya a usar. Después córteles la base algunos centímetros y cocínelos durante pocos minutos para que no pierdan su firmeza.
Los espárragos combinan muy bien con cebollín, perejil, estragón, romero y tomillo.
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