Rica en fibra, vitaminas del grupo B, agua, calcio y muchos otros nutrientes, la coliflor es una hortaliza que, por sus pocas calorías, resulta ideal para incorporarla en regímenes para bajar de peso.
La coliflor tiene su origen en una especie silvestre de Asia Menor que tiene poca semejanza con la que conocemos hoy en día. La coliflor sufrió modificaciones a través de los siglos y sólo hacia el año 600 a.C. se empezó a cultivar en Turquía y la Península Itálica con su forma actual. De la zona mediterránea pasó a Francia y luego al norte de Europa y las islas Británicas.
La coliflor se cultiva en casi todo el mundo. Existen distintas variedades: la blanca es la más común en América, mientras que en Europa, la morada y la verde son las más apreciadas. Entre los productores más importantes están Estados Unidos, Francia, Italia, India, China, Canadá y México.
USO Y CONSERVACIÓN
Con la coliflor se pueden preparar deliciosas guarniciones para acompañar todo tipo de carnes, sopas de vegetales y cremas. Aunque generalmente se comen cocidas en agua o al vapor, también se pueden consumir crudas.
La coliflor contiene ciertas sustancias sulfurosas que liberan un aroma poco agradable al cocinarla. Para evitarlo, conservar una textura crocante y retener sus nutrientes, cocínela sólo unos cuantos minutos.
No cocine la coliflor en ollas de hierro, ya que reacciona con este material y toma un color amarillento. Si no puede evitarlo, agregue gotas de limón al agua.
Las mejores coliflores son aquellas que tienen un color blanco parejo y están bien apretadas. Se conservan en el refrigerador, dentro de una bolsa plástica hasta por una semana.
Comments