Aunque su irresistible aroma ha seducido a la humanidad durante siglos, sus beneficios van más allá de un agradable perfume: el anís no sólo brinda otra dimensión a los alimentos, sino que les confiere sus valiosas propiedades medicinales.
El anís estrellado tiene su origen en el sur de Asia donde, en China, forma parte esencial de la medicina tradicional y de la gastronomía. El anís verde es originario del Medio Oriente y del Mediterráneo. Fue cultivado en el antiguo Egipto y en Roma, donde se usaba, junto con otras especias, como ingrediente de una torta que se ofrecía al final de las comidas pesadas para facilitar su digestión. Durante la Edad Media, su uso se extendió por toda Europa.
El anís estrellado, cuyas semillas se encuentran en una cáscara con forma de estrella, se cultiva en China, Filipinas, Vietnam y Jamaica. El anís verde, que se comercializa en forma de pequeñas semillas ovaladas y alargadas, se cultiva en los países mediterráneos, en Asia, América Central y América del Sur.
USO Y CONSERVACIÓN
Aunque puede usar indistintamente anís estrellado o anís verde en sus recetas, tenga en cuenta que el sabor del primero resulta más fuerte e intenso que el del segundo.
> El anís resulta perfecto para aromatizar todo tipo de bizcochos, panes, galletas, tortas y licores.
> Combina muy bien con pescados, mariscos, pollo y cerdo. También se puede usar para aromatiza ensaladas, sopas de mariscos y dulces preparados con frutas.
> Para su mejor conservación, guarde las semillas de anís en bolsas o frascos herméticos en un lugar seco y oscuro.
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