Además de brindarle un toque especial a las recetas con su inconfundible aroma, la albahaca es rica en propiedades antibacteriales, desinflamatorias y antisépticas.
Se dice que la albahaca es originaria de la India, donde se cultivó hace aproximadamente 4.000 años, y desde donde se expandió por Asia y la cuenca del Mediterráneo. Protagonista de la cocina y la medicina desde la Antigüedad, era usada por los egipcios en la preparación de bálsamos, simbolizaba a los enamorados y entre los romanos y los griegos le tenían tanto aprecio que la llamaron basilicón, la “hierba de los reyes”.
La albahaca pertenece a la familia de la menta. Existen alrededor de 40 variedades que diferentes en su forma, color, tamaño y aroma. Crece en climas cálidos y es cultivada comercialmente en Italia, Yugoslavia, India, México, Israel, Marruecos y Estados Unidos, entre otros países.
USO Y CONSERVACIÓN
La albahaca brinda un exquisito aroma y sabor a las preparaciones y combina particularmente bien con verduras como tomates, calabacines, berenjenas y pimentones.
> Utilice las hojas de albahaca de color verde intenso y brillante. Omita las que presenten manchas amarillentas o cafés.
> Las hojas de albahaca se pueden usar enteras o troceadas. Para aprovechar mejor su carga aromática, agréguelas siempre al final de la receta.
> Coloque las hojas frescas de albahaca en un frasco con tapa hermética y cúbralas con aceite de oliva. De esta forma, se conservan en el refrigerador hasta por 2 meses.
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