Ahuyama, calabaza o zapallo son los nombres que designan a la más grande representante de la familia de las cucurbitantáceas. Tiene un sabor delicioso y ofrece grandes beneficios para la salud.
La ahuyama es originaria de Centroamérica y su cultivo es muy antiguo, en México se han encontrado semillas que tienen 7.500 años de antigüedad. Desde tiempos inmemorables, ha sido parte de la dieta de los grupos étnicos del norte y sur del continente americano, quienes, además, han usado su cáscara para la elaboración de utensilios y artesanías. Fue llevada a Europa por los españoles e ingleses.
La ahuyama es pariente cercana del melón, los calabacines y los pepinos. Los principales productores de ahuyama a nivel comercial son los Estados Unidos donde forma parte indispensable de las tradiciones de Halloween, India, China y México.
USO Y CONSERVACIÓN
Además de hacer parte de sopas y cremas, la ahuyama se usa para preparar panes, purés, pancakes, dulces y tortas. También se puede asar con aceite de oliva y romero para ser utilizada como guarnición y acompañar todo tipo de carnes.
> Al escoger una ahuyama, el tallo no debe ser demasiado corto y se debe sentir pesada. Evite las ahuyamas que presentan manchas o puntos blandos.
> Después de lavarlas bien, las pepitas de la ahuyama se pueden tostar: son un snack sano y delicioso. Para hacerlo, distribúyalas en una lata, hornéelas a 75°C (160°F) durante 20 minutos y espolvoréelas con sal.
> Una vez cortada, cocine la ahuyama el mismo día o, a más tardar, el día siguiente.
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